El futuro es Almussafes, no la Ford

La economía de la Comunitat Valenciana, caracterizada por su tejido de pequeñas y medianas empresas, tiene sin embargo tres robustas patas en las que apoyarse: la cerámica, la alimentación, y la automoción. En las dos primeras se están produciendo fusiones que garantizan la adquisición de tamaño de los respectivos sectores. En el tercer caso, un motor tan potente como la Ford da sentido y negocio a todo un entramado de proveedores e industrias auxiliares en el parque empresarial de Almussafes, al que dotan de vida suplementaria.

En un entorno de incertidumbre económica e inestabilidad política, el sector automovilístico permanece atento a debates tan intensos como el del sistema de alimentación para el coche del futuro que el futuro Gobierno decida impulsar en España tras la 'demonización' de los de combustibles fósiles, o el de la crisis social catalana. Éste último ha empujado a los responsables de la Seat de Martorell a recordar a las autoridades catalanas que disponen de otras opciones territoriales para fabricar coches.

En València también los planes de reestructuración de la Ford en Europa inquietan. Sin embargo el decano del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de la Comunitat Valenciana, Salvador Puigdengolas, se muestra esperanzado. En su opinión, Ford tendrá en Almussafes el futuro que quiera. La apuesta es porque la compañía del óvalo fabrique en València motores híbridos, dados los buenos niveles de eficiencia de la factoría y su baja conflictividad laboral.

Independientemente de que la Ford siga en tierras valencianas mucho tiempo más, Sergio Gordillo, de Improven, no descarta “que a 5-8 años vista Almussafes pueda fabricar diferentes modelos de distintas compañías”. Puigdengolas y Gordillo comparten que los indicadores son “mejores aquí” que en la planta barcelonesa de Martorell. ¿Otro aviso, complementario al de la Seat? “Si ganamos a Genk (factoria belga cerrada por Ford en beneficio de Almussafes), también podemos ganar a Martorell”, remata Gordillo.