Ilustración del LIbro de los juegos de Alfonso X el Sabio Esta misma semana se cumplen 525 años
de la aparición del primer tratado de ajedrez publicado en el mundo.
Fue el 15 de mayo de 1495 cuando este
incunable salía de las prensas valencianas del impresor alemán Lope de la Roca
bajo los auspicios del librero Pere Trincher. Su autor, Francesch Vicent,
escribió su trabajo en valenciano y lo tituló “Libre dels jochs partits dels
scachs en nombre de 100…” (Libro de los juegos y partidas del ajedrez en número
de 100)
El libro, del que en la actualidad no
se conoce el paradero de ningún ejemplar, está considerado como el santo grial
del ajedrez y no sólo porque es en realidad el primer libro de ajedrez impreso,
sino porque en él aparecen las nuevas normas del juego que desde entonces se
han seguido y que en la actualidad siguen vigentes en todo el mundo. También resalta
singularmente por la incorporación de una mujer entre las piezas del juego que
al parecer y hasta ese momento no existía.
El libro de Vicent, gracias a la
imprenta, supuso la divulgación y la generalización de las nuevas directrices del
juego, sustituyendo al viejo ajedrez llamado árabe o ‘del viejo’, siendo paradigma
de otras publicaciones posteriores como las de Lucena (Salamanca, 1497) y
Damiano (Roma, 1512).
Segorbe tiene el honor de ser la
ciudad natal de este ajedrecista perteneciente a una familia, los Vicent, de
condición judeo-conversa, cuyo apellido aparece repetidamente entre los cargos
del Consejo Municipal de la capital del Palancia (un Francisco Vicent que
podría ser padre del ajedrecista aparece como justicia de la ciudad por el 1500
y otros con el mismo apellido tuvieron cargos de jurados y consejeros).
Precisamente su condición de converso
pudo influir en la desaparición del libro a causa de la persecución de la Santa
Inquisición hacia los ‘cristianos nuevos’ y todas sus publicaciones del
contenido que fueran, así como por las leyes prohibitivas de los Reyes
Católicos hacia los juegos que generaban apuestas y el ajedrez lo era.
Sea como fuera, lo cierto es que en el
siglo XIX todavía se conocía la existencia de un ejemplar en la biblioteca de
la abadía benedictina de Montserrat, en Cataluña, donde pudo arder por un
incendio ocurrido en 1834 como consecuencia de la desamortización. Otros
autores indicaban la existencia de otro ejemplar en la Biblioteca Comunale de
Sienna (Italia), pero el único indicio que todavía sigue latente es la venta de
un volumen a principios del siglo XX por parte de un bibliotecario de viejo
catalán a un magnate estadounidense coleccionista de libros de ajedrez.
FRANCESCH VICENT
Muy pocas cosas más conocemos de la
vida de Vicent pero algo queda y de gran calado. En el Archivo de Módena
(Italia) existe un documento fechado a principios de 1506 en el que se menciona
a un “Maestro Francesco Spagnolo maestro de scachi” que impartía clases de
ajedrez a la mismísima Lucrecia Borja, hija del papa Alejandro VI. El pontífice
había sido con anterioridad arcediano de la Catedral de Segorbe. Conociendo la
debilidad del papa por proteger a los conversos que estaban siendo expulsados o
se exiliaban del Reino de Valencia por la Inquisición y teniendo en cuenta la
relación de los Borja con los Vicent por ostentar cargos de relevancia
eclesiástica y administrativa respectivamente en Segorbe, no existe dificultad
para identificar al Francesco Spagnolo con Vicent. Se conoce también las
exigencias de Alejandro VI para tener en la corte de sus Estados Pontificios a
los mejores especialistas en materia de docencia para su hija y sus nietos, y
en el tema de ajedrez no podía haber un especialista mejor que el que conocía
las nuevas reglas del juego porque las había publicado: Francesch Vicent.
EL AJEDREZ DE LA DAMA
La principal novedad técnica que
introduce el tratado de Vicent es la aparición de la dama como la pieza más
fuerte del tablero, sustituyendo al viejo alferza que había dejado al ajedrez
como un juego anodino. La dama o reina, a la que se adjudican nuevos
movimientos, como los de la torre y el alfil, va a despertar de nuevo el interés
por el juego.
La dama o reina ya aparece en el
tablero en un manuscrito sin fechar, titulado ‘Scachs d´amor’, escrito por los
valencianos Francesc de Castellví, Narcis Vinyoles y Bernat Fenollar que según
algunos investigadores que tuvieron la oportunidad de estudiarlo antes de su
pérdida (se conservan fotografías de todas sus páginas) fue escrito unos veinte
años antes de “El libre del jochs…” Sería pues Vicent el encargado de presentar
a la reina del ajedrez en sociedad.
Los investigadores sostienen que los
autores del manuscrito se inspiraron en una reina para crear la dama o reina
del ajedrez, como había ocurrido con otras muchas piezas que en distintos
países se habían incorporado al juego hasta la unificación que significó la
publicación de Vicent. Así se cree que la dama o reina del ajedrez pudo
inspirarse en Isabel I de Castilla, la Católica, identificación que parece
tener algunas contradicciones entre otras muchas cosas porque después de los
conflictos habidos entre Castilla y Aragón, que unos escritores valencianos se
fijarán en una reina castellana para crear su dama no parece lo más lógico
cuando pudieron inspirarse en una reina valenciana que en su vida real cumple a
la perfección con el papel asignado a la dama en el juego.
Pero esa es otra cuestión…
Lo importante es que un ajedrecista de
Segorbe, valenciano por tanto, protagonizó hace 525 años la universalización del llamado ajedrez
moderno o de la reina y que gracias a él, una figura femenina con todo el
significado que de poder tiene la pieza, pasó a ser la más importante del
tablero.
De todo esto se iba a hablar en
Segorbe en los próximos días pero un maldito virus tan global como el ajedrez
lo va a impedir.
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