A partir de los 6,5 kg de sobrepeso es común que se produzca un descenso del arco longitudinal interno del pie. EFE La obesidad infantil puede afectar directamente en el correcto
desarrollo de los pies de los niños, generando patologías como el
conocido "pie plano, según indica el Colegio Oficial de Podólogos de la
Comunidad Valenciana (ICOPCV).
Con motivo de la celebración del
Día Mundial de la Obesidad el 12 de noviembre, la presidenta del ICOPCV,
Maite García, ha explicado que a partir de los 6,5 kg de sobrepeso es
común que se produzca un descenso del arco longitudinal interno del pie o
inflamación de la fisis (cartílago de crecimiento) de los huesos del
talón.
"Estos signos son muy habituales en niños muy activos y
cada vez son más comunes en los infantes que padecen obesidad. La
consecuencia es la provocación de diferentes tipos de molestias en el
pie, especialmente en el talón, y también aplanamiento del mismo", ha
afirmado Maite García.
El sobrepeso está asociado a diferentes
tipos de trastornos músculo-esqueléticos de las extremidades inferiores y
de los pies en los más pequeños. Debido a que las articulaciones del
pie son articulaciones de carga, las patologías más frecuentes son
aumentar el aplanamiento de la bóveda plantar (cuando hay una
predisposición a padecerlo), que genera el "pie plano", planos-valgos o
genu valgos (desviaciones de los pies y las rodillas).
Se trata
de patologías que implican una inclinación a causa del exceso de peso y
que, además, pueden afectar a la hora de caminar por una tendencia a
apoyar mal el pie y generar posiciones inadecuadas que afecten al
aparato locomotor, especialmente piernas y espalda.
Ante la
aparición de estas afecciones es necesario aplicar tratamientos
correctores ortopodológicos (plantillas, calzado reforzado, férulas,
etc.) que suelen tardar más en efectuar mejorías en los más pequeños
precisamente por ese exceso de peso.
El ICOPCV se recomienda
cuidar la alimentación de los más pequeños y realizar revisiones anuales
y estudios biomecánicos del pie por parte de un podólogo a partir de
los 3 o 4 años, edad en la que se produce el proceso de maduración de la
marcha.
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