Las exportaciones valencianas crecen pero deben mejorar el nivel de calidad

Las exportaciones valencianas han mejorado en la última década en bienes de tecnología media-alta gracias al sector del automóvil y sus componentes, pero la Comunitat debe apostar por elevar la calidad de sus ventas al exterior, que se sitúa por debajo de la media española.

Las exportaciones de complejidad media-alta tienen un peso mayor que la media y la región ha sido la única Comunidad Autónoma que ha mejorado el nivel de complejidad de sus exportaciones, pero a la vez también están por encima de la media las de baja complejidad, según un informe realizado por Cámara Valencia y CaixaBank presentado este jueves.

El automóvil y sus componentes son los productos que más aportan a la complejidad exportadora en 2018, que viene dado por el índice de complejidad del producto (de la Universidad de Harvard, que mide el nivel de sofisticación) y por su elevado peso en el conjunto de las exportaciones valencianas, que supera el 21 %.

Después se encuentra el sector químico vinculado con el cerámico (esmaltes, pigmentos y colorantes), con un 3 %, y en sexto lugar los aparatos de ortopedia, que se consideran productos de alta tecnología y han cuadruplicado sus ventas en los últimos ocho años, según destaca el informe "La sofisticación de las exportaciones de la Comunidad Valenciana, motor de crecimiento".

La de aparatos de alumbrado es otra de las partidas de productos complejos que han incrementado su peso desde el año 2000.

Por su parte, las partidas que más restan en el índice de complejidad se corresponden con algunos de los sectores más exportadores de la Comunitat: frutas y hortalizas, arroz y calzado -que son el 14 % del total-, al igual que el combustible.

También aportan de forma negativa otros productos de la industria agroalimentaria, como zumo, conservas de frutas y vino, y piedra de talla.

Por tanto, el automóvil es el sector que más aporta al nivel de complejidad de las exportaciones de la Comunitat, seguido por los bienes de equipo (complejidad alta o media-alta), entre ellos maquinaria de construcción, impresoras, aparatos láser y de chorro y transformadores eléctricos.

Estos, junto con la industria química, representan más del 40 % de las exportaciones valencianas, diez puntos porcentuales más que en el año 2000.

En el lado opuesto, el sector agroalimentario (que supone el 20 % de las exportaciones) es el de mayor aportación negativa, como también el textil moda (calzado, confección y bolsos).

La mejoría del nivel de complejidad de los productos exportados se acentúa si se excluyen las exportaciones de automóvil (Ford, en Valencia) y combustible (BP, en Castellón), lo que muestra el esfuerzo realizado en la producción y exportación de bienes de mayor complejidad económica por las empresas, algo que no se ha producido en otras comunidades.

El informe concluye que el nivel de complejidad de productos y servicios tiene efecto directo en la competitividad de una región o país; por ello, recomienda a las empresas elevar ese margen cualitativo y a la administración apoyar actividades industriales con alto contenido tecnológico.

El presidente de Cámara Valencia, José Vicente Morata, ha asegurado que el nivel de internacionalización de las empresas ayuda a "pasar con más tranquilidad cualquier vaivén de la economía", y ha apostado por reconocer a los empresarios exportadores "el plus de tener mercados en el exterior" y ayudarles en cuestiones como firmar un contrato con cláusulas especiales.

El director territorial de CaixaBank, Xicu Costa, ha señalado que la entidad quiere acompañar a los empresarios en la internacionalización desde sus centros de empresas , y ha instado a las administraciones a ayudar a las empresas en transformación digital y a apoyar a las empresas emergentes.

Según la técnico analista del informe, Gracia Cicúendez, la industria valenciana ha hecho un esfuerzo por mejorar e incrementar su calidad pero este esfuerzo tiene que mantenerse en los próximos años.