Imagen de uno de los campos de cultivo de la zona de Almàssera. EPDA En el
proceso de desescalada, algunos están aprovechando sus paseos por la huerta para
entrar en los campos de cultivo y cometer tanto destrozos como robos en parte
de las cosechas. A la difícil situación que ya
atraviesan miles de agricultores afectados por los problemas de
comercialización, derivados del estado de alarma por la crisis del coronavirus, ahora se añade la
circunstancia de los comportamientos incívicos e insolidarios de algunos de los
convecinos.
Desde del Ayuntamiento de Almàssera, en sus Concejalías de
Agricultura y de Seguridad Ciudadana, apelamos a la responsabilidad y el
civismo que sí que demuestra la mayoría de los ciudadanos que acuden de manera
numerosa a disfrutar de aire puro y un paisaje agrario de gran belleza. Para
evitar los crecientes perjuicios que está provocando una minoría sobre los
cultivos de temporada, principalmente cebollas, chufas, calabazas y patatas, se
ha puesto en conocimiento de la policía local y se ha iniciado una campaña
tanto de concienciación como de control y sanción de estos comportamientos que
dañan la convivencia ciudadana.
Tenemos conocimiento, ha comentado el regidor de Agricultura,
Joan-Carles Jover, y la policía está alerta de pequeños hurtos, sobre todo en
las hileras más próximas a los caminos, e incluso pisadas y destrozos tanto de
personas como de animales domésticos que obligan los agricultores a acometer
labores de reparación. Jover añade que con la Ley de l'Horta se ha podido
mejorar las condiciones jurídicas y de defensa de los agricultores y
agricultoras, quienes son, realmente, los que preservan este paisaje periurbano
de l'Horta. Es por eso, añade, «no vayamos a consentir que aquello que ha
tenido un coste y ha supuesto un esfuerzo se eche a perder por cuatro
sinvergüenzas».
La crisis del Covid-19 ha vuelto a posar de manifiesto la
importancia esencial y estratégica de la agricultura y la necesidad de
garantizar tanto su rentabilidad social y económica como un reconocimiento
social cabe este elemento medioambiental y cultural.
Desde la concejalía de Seguridad Ciudadana, Beatriz Garde,
quiere recordar a la sociedad las normas de respecto a cumplir en las zonas de
huerta durante los paseos y rutas de ejercicio, e incide en que no está
permitido llevar animales sueltos y que hay que recoger sus excrementos; no
está permitido entrar en los campos ni salirse de las sendas o caminos; no está
permitido coger productos agrarios sin el permiso explícito y por escrito del
propietario; y tampoco está permitido el depósito de cualquier tipo de desechos
no relacionados con la explotación agrícola. Garde explica la importancia, para
la correcta convivencia, de respetar y cuidar el trabajo y el esfuerzo de los
labradores para sacar adelante la producción agrícola, incluso en la peores
condiciones sanitarias como esta. «La huerta constituye -añade Garde- un
Patrimonio cultural de primera magnitud y sobre él descansa gran parte de la
historia del pueblo de Almàssera».
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